Si bien es cierto el bienestar de todo individuo dimana de la paz interna que se pueda propiciar, es decir, de la reconciliación profunda con su historia de vida, también es cierto que en el día a día hay formas de regalarnos momentos de tranquilidad.
Las especies vegetales son el recurso primario de las esencias que bien podemos utilizar en un baño, infusiones o simplemente por medio de la inhalación para que nuestro cuerpo y/o mente encuentre un poco de claridad y relajación.
Hace algunos años mientras vacacionaba en un pueblo mágico de México y apenas conocía de Constelaciones Familiares, una marchante se acercó insistentemente a venderme un objeto, su actitud me pareció normal, finalmente yo caminaba por un mercado de artesanías y cada uno de los artesanos se esmeraba por vender sus productos.
Lo que esta señora vendía eran mini cuadros enmarcados en plata; tenía una mesita sobre la cual había una veintena de estos, todos con distintas frases y formas. El que ella puso en mis manos decía: “Cuida el orden y el orden te cuidará a ti”. Dentro de todos los que ofrecía a mí me ofrendó justo ese.
La terapia sistémica busca la comprensión de la realidad de todo individuo. Mira en los orígenes para rescatar y sanar cualquier destino, partiendo del núcleo familiar, sin prejuicios.
La base de este trabajo son las Constelaciones Familiares, una terapia sistémica desarrollada por Bert Hellinger, filósofo, pedagogo, antropólogo y teólogo nacido en 1925 en Alemania.
